“ENTRE LO RURAL Y URBANO: INVESTIGACIÓN – ACCIÓN EN LAS PERIFERIAS DE LOS DISTRITOS 8 Y 14 DE LA CIUDAD DE EL ALTO”
Palabras clave:
periurbanizacion, derecho a la ciudad, Migrantes aymaras, Urbanización sin desarrolloResumen
Estudio que ha documentado, desde las voces de los actores y con ellos y no para ellos, la situación barrial de dos urbanizaciones de la Ciudad de El Alto, con sus problemáticas particulares, en la que se destaca el problema de la función social de las viviendas, la inseguridad ciudadana en ellas, que quedan solas porque la población sale a trabajar; las calles son de tierra; el transporte que no satisface la salida y la llegada de los vecinos; el servicio de agua domiciliaria que se corta, especialmente fines de semana. Las soluciones a estos problemas se difieren porque el gobierno local no reconoce estas demandas como prioritarias, a pesar del rol catalítico de las Juntas de Vecinos en este cometido.
Los vecinos son conscientes de su derecho a la ciudad y saben que el logro y mejoramiento de la infraestructura urbana se puede alcanzar con la participación, movilización y presión organizada de los vecinos, a diferencia de otras urbanizaciones cuyos servicios son verdaderas mercancías y que se accede en la medida que se los compra.
La Junta de vecinos en estas urbanizaciones son actores fundamentales y dependiendo su capacidad de liderazgo y confianza, contribuyen a alcanzar gradualmente ciertos logros, principalmente relacionados con la infraestructura urbana. Ellos convocan a las asambleas mensuales y construyen escenarios comunitarios participativos donde se discuten los asuntos urbanos del barrio. Allí se planifica, allí se revisa lo logrado y también se denuncia algunos procesos erráticos. En las asambleas de determina las acciones comunales y los vecinos se sienten obligados a participar en las mejoras barriales, especialmente los fines de semana. Pero por iniciativas propias se organizan en cada calle, para resolver determinados problemas, especialmente relacionados con la presencia de ladrones.
Estas dos urbanizaciones son resultado de la migración aymara de las provincias rurales del mismo departamento de La Paz y en el caso de Cristal, son además migrantes mineros relocalizados. Son ellos los que han construido estos territorios periféricos, que no son ni urbanos ni rurales y que deben ser tomados en cuenta en la construcción de las políticas urbanas, porque es ahí, donde el crecimiento urbano tiene su vigor y vitalismo.